El derrame de aguas negras impacta a alumnado, profesores, automovilistas, usuarios del transporte urbano y residentes de la zona desde hace dos meses y la CEA no se digna atender el desesperado llamado con peligro latente de generar enfermedades.
A pesar de la crisis por contaminación, ahí no se paran regidoras y regidores que durante todo el año recibieron dieta, bonos y hasta combustible para trabajar, tampoco acuden líderes que dicen proteger la salud de sus vecinos y no son más que títeres y patiños de políticos y políticas cobardes escondidos tras grupos de civiles incrustados en la nómina a quienes no les interesa servir ni colaborar para tener un mejor entorno.
Eso lo han comprobado los vecinos de la secundaria de Guaymas Norte como lo saben en el centro, en la Yucatán, Independencia, en Las Palmas, en Las Delicias y en gran parte de la ciudad inundada en drenaje por negligencia de la CEA, cierto, pero también por culpa de gente que puede hacer algo para resolver problemática y prefiere beneficiarse de sus puestos o cercanía con el poder.
A ellos, a regidores y regidores de la Comisión de Salud Guaymas tiene que reclamarles su hipocresía, el daño que provocan en calidad de vida nomás por sacar provecho sin pensar ni voltear a ver el desastre en la ciudad que dicen gobernar por eso y cuando ya están plenamente identificados, será difícil que vuelvan a aparecer en boletas electorales y de ser así, tienen garantizada derrota por ocuparse de sus propios intereses políticos y abandonar a guaymenses.