Y a partir de la ambición de tener más sin trabajar se han gestado los más grandes fraudes de la historia desde aquel esquema de pirámides que hizo quebrar a prósperos empresarios hasta los engaños telefónicos muy comunes en esta época donde los estafadores le apuestan a la ingenuidad de gente que cree que a estas alturas alguien regala algo sin interés.

Es el caso de los mensajes masivos distribuidos vía redes sociales con la invitación de inscribirse a un programa de ayuda alimentaria cuyo origen es dudoso desde el principio y aun así ha generado cientos de incautos que proporcionan datos personales con la promesa de una despensa.

La gente que contesta esta falsa promoción no sabe si el interlocutor es narco, es político frustrado o un estafador, pero con toda la confianza del mundo facilita dirección privada para que le llegue un paquete con productos que no necesita porque la gente marginada en pobreza extrema y con hambre no tiene teléfono celular.

El exceso de confianza de cientos de residentes de Guaymas y Empalme ha producido una cadena de falsas promociones con el oscuro propósito de delincuentes de crear una abultada base de datos para estafas posteriores, así que ahora las personas que sin averiguaciones dieron sus generales tendrán que cuidarse de llamadas o mensajes de extorsión.

Para evitar caer en ese tipo de estafa, nada más sencillo como hacer conciencia de la importancia de ser productivos, no acostumbrarse a recibir dádivas del gobierno si no se necesitan ni a buscar ventajas de programas sociales, vale más trabajar, siempre trabajar para tener casa, alimento y sustento de manera honesta sin atenerse a ayuda que puede tener fines oscuros.