Y es que cuando se vulneran las instituciones no hay razón alguna para festejos y no es por falta de méritos, sino porque el evento es una consecuencia de la problemática tan compleja que enfrentan en el día a día quienes forman parte del sistema de seguridad.
¡Cómo pensar en celebración hoy después de que miembros de la Secretaría de Marina fueron atacados en plena avenida Serdán con saldo de muerte y lesiones? Imposible, menos porque el marino caído en el cumplimiento de su deber y sus compañeros estaban en Guaymas precisamente para apoyar una estrategia de vigilancia en apoyo a la policía municipal que ha sufrido una transformación tal que no es capaz de hacerle frente sola a los retos que cada día presenta la delincuencia en este puerto.
Cómo hablar de festejo si hay familias de luto por el deceso de un militar en cumplimiento de su deber que llegó a la ciudad hace apenas una semana atendiendo una orden superior y se lo llevan muerto para cubrir de tristeza a sus seres queridos.
No, hoy seis de enero, día del policía no hay algo que celebrar pero tampoco es momento para desmoralizarse, al revés, tanto los elementos de seguridad pública municipal como el resto de las instituciones deben salir a las calles con más fuerza, con mayor ímpetu para que el atentado no quede impune, sobre todo para trabajar con mayor coordinación en una lucha dedicada en gran parte a los elementos de seguridad caídos a lo largo de años, policías y militares que ya no están y en su memoria debe continuar la labor para que vuelva la anhelada paz a esta ciudad.