El llamado “Diablo” de Mexicali, Ramón Montoya, tuvo su última actuación en el histórico Abelardo L. Rodríguez, por si algo le faltaba al legendario escenario, donde brillaron tantos y tantos estrellas, nacionales y extranjeros.
Quienes lo recuerdan con cariño, son los aficionados de la vieja guardia de los vecinos Rieleros de Empalme, con quienes jugó varias temporadas y sobre todo, don Ronaldo Camacho Durán, con quien guardó extraordinaria amistad.
En el béisbol mexicano de verano el equipo más ganador y con más afición son los Diablos Rojos del México, y su principal representante sin lugar a dudas fue Ramón "Diablo" Montoya.
El originario de Mexicali, Baja California, durante toda su carrera solo defendió la franela de los escarlatas.
Ramón participo en más de 1490 juegos, anoto 822 carreras y disparó un total de 1692 imparables, colaboró en la obtención de cinco titulos, y se retiró con un alto .316 de bateo de por vida.
Montoya fue un ejemplo claro de entrega y amor a su deporte, cómo olvidar cuando se estrelló con la barda del jardín central persiguiendo un elevado, en esa ocasión salió en camilla arropado con el aplauso de propios y extraños.
"Diablo" gracias por todas las alegrías que diste a la gente que te vio jugar, y es por eso que el béisbol es llamado "El Rey de los Deportes".
Los exagerados que nunca faltan e n el beisbol, como en cualquier otra actividad de la vida, dicen que traía u espejo en el guante y por ello fildeaba los batazos de espalda al home, con una espectacularidad que le valieron el reconocimiento del mejor jardinero mexicano de todos los tiempos.
Otros más mesurados y que sobre todo fueron jugadores, dicen que era el clásico fildeador “de oído”, es decir, que salía con el batazo.
Un señor Diablo, indudablemente, don Ramón Montoya.