Ahí radica el problema de origen de las negligencias médicas, que los pacientes son vistos como clientes con el signo de pesos arriba de su expediente clínico y en esta época de sobre exposición pública los tratamientos para la belleza han cobrado importancia para ofrecerse en cantidad de clínicas y hospitales privados donde no todo el personal se conduce de acuerdo con el juramento de Hipócrates.

Hay casos graves de operaciones como la banda gástrica que ha cobrado furor en los últimos años por el lado estético cuando era recomendado en casos delicados como última opción para enfermos de obesidad mórbida, tiroides y males crónico-degenerativos bajo ciertas condiciones clínicas que no se cumplen en gente que solo quiere verse mejor y cae con profesionistas aprovechados de la vanidad.

Lo mejor que les puede pasar a esos pacientes es pagar en vano y hay casos que llegan hasta la muerte por una mala intervención quirúrgica. Luego está la moda de las clínicas de belleza instaladas en Guaymas supuestamente con autorización de la Secretaría de Salud con ofertas de tratamientos peligrosos si no se atienden las disposiciones médicas adecuadas porque no es lo mismo un especialista con título en medicina que personas con cursos de unos meses que tuvieron el dinero para comprar equipo sin garantías de buenos resultados.

En ese rubro también hay historias graves de negligencia en las que se han presentado infecciones o complicaciones severas que cuestan caro a quienes tenían la intención de lucir mejor.

Y no es satanizar el tema de las cirugías plásticas solo es establecer la necesidad de que autoridades sanitarias realicen verificaciones periódicas y hasta pudieran extender certificados solo para quienes están preparados en todos los sentidos en este tipo de especialidad, amén de promover el cierre de los establecimientos que operan como clínicas de la salud sin cumplir con las disposiciones de Ley.

Finalmente, cada persona decide lo que hacer con su cuerpo y su dinero, por eso hay que brindar garantías de buenos resultados, responsabilidad en la atención y de parte de los pacientes siempre procurar depositar su vida en buenas manos.